domingo, 18 de abril de 2010

Educacion Inclusiva: Caso Nicaragua


Implementación de la Metodología Niño a Niño y Educación Inclusiva

La Metodología Niño a Niño permite ordenar el pensamiento y la acción de niñas y niños para ejercer su papel social de forma más concreta, permite que asuman con más propiedad su protagonismo en la escuela, promuevan sus derechos, y puedan desarrollar actividades educativas favoreciendo la inclusión y participación de todos los estudiantes.

Actualmente se ha puesto en practica en Nicaragua; 11 escuelas de Madriz y 12 escuelas de Nueva Segovia después de un proceso de capacitación y planificación con la participación de niñas y niños con y sin discapacidad, han conformado brigadas las cuales están implementando diferentes acciones para promover la inclusión a la escuela, entre ellas: Charlas a estudiantes y padres de familia, elaboración de murales sobre sus derechos, actividades culturales, Capacitación sobre metodología Niño a Niño marchas, jornadas de limpieza y arborización.

Participación de la Familia en el proceso de Educación Inclusiva

La Educación Inclusiva promueve que madres y padres asuman su responsabilidad y apoyen en las tareas escolares de sus hijas e hijos. Se han promovido diferentes espacios de participación y reflexión a través de charlas, encuentros intercambios y capacitaciones, donde se abordan temáticas relacionadas a las problemáticas de la niñez, el derecho a la educación, el rol y responsabilidad de la familia para la inclusión particularmente de aquellos que presentan una discapacidad.

Algunas Reflexiones

La Educación Inclusiva parte del convencimiento de que todos tenemos derecho a la Educación, es un derecho humano que esta en la base de una sociedad mas justa.

La Educación Inclusiva tiene como principios el Derecho a la Educación, a la igualdad de oportunidades y a participar en la sociedad.

La Educación Inclusiva tiene el objetivo de asegurar el derecho a la educación de todos los alumnos, cualquiera que sean sus características o dificultades individuales.

domingo, 11 de abril de 2010

Los Tres Estados Del Capital Cultural


La condición de capital cultural se impone en primer lugar como una hipótesis indispensable para dar cuenta de las diferencias en los resultados escolares que presentan niños de diferentes clases sociales respecto del éxito “escolar”, es decir, los beneficios específicos que los niños de distintas clases y fracciones de clase pueden obtener del mercado escolar, en relación a la distribución del capital cultural entre clases y fracciones de clase. Este punto de partida significa una ruptura con los supuestos inherentes tanto a la visión común que considera el éxito o el fracaso escolar como el resultado de las aptitudes naturales, como a las teorías de “capital humano”.


El capital cultural puede existir bajo tres formas: en el estado incorporado, es decir, bajo la forma de disposiciones duraderas del organismo; en el estado objetivado, bajo la forma de bienes culturales, cuadros, libros, diccionarios, instrumentos, maquinaria, los cuales son la huella o la realización de teorías o de críticas a dichas teorías, y de problemáticas, etc., y finalmente en el estado institucionalizado, como forma de objetivación muy particular, porque tal como se puede ver con el titulo escolar, confiere al capital cultural —que supuestamente debe de garantizar— las propiedades totalmente originales.



El estado incorporado


La mayor parte de las propiedades del capital cultural puede deducirse del hecho de que en su estado fundamental se encuentra ligado al cuerpo y supone la incorporación. La acumulación del capital cultural exige una incorporación que, en la medida en que supone un trabajo de inculcación y de asimilación, consume tiempo, tiempo que tiene que ser invertido personalmente por el “inversionista” (al igual que el bronceado, no puede realizarse por poder): El trabajo personal, el trabajo de adquisición, es un trabajo del “sujeto” sobre sí mismo (se habla de cultivarse). El capital cultural es un tener transformador en ser, una propiedad hecha cuerpo que se convierte en una parte integrante de la “persona”, un hábito. Puede adquirirse, en lo esencial, de manera totalmente encubierta e inconsciente y queda marcado por sus condiciones primitivas de adquisición; no puede acumularse más allá de las capacidades de apropiación de un agente en particular; se debilita y muere con su portador (con sus capacidades biológicas, su memoria, etc.). Por estar ligado de múltiples maneras a la persona, a su singularidad biológica, y por ser objeto de una transmisión hereditaria siempre altamente encubierta y hasta invisible, constituye un desafío para todos aquellos que apliquen la vieja y persistente distinción que hacían los juristas griegos entre las propiedades heredadas (tapatroa) y las adquiridas (epikte ‘ra) —es decir, agregadas por el propio individuo a su patrimonio hereditario de manera que alcance a acumular los prestigios de la propiedad innata y los méritos de la adquisición. De allí que este capital cultural presenta un más alto grado de encubrimiento que el capital económico, por lo que está predispuesto a funcionar como capital simbólico, es decir desconocido y reconocido, ejerciendo un efecto de (des)conocimiento, por ejemplo sobre el mercado matrimonial o el mercado de bienes culturales en los que el capital económico no está plenamente reconocido.


Inmediatamente se ve que es a través del tiempo necesario para la adquisición como se establece el vínculo entre el capital económico y el capital cultural. Efectivamente, las diferencias entre el capital cultural de una familia, implican diferencias, primero, en la precocidad del inicio de la transmisión y acumulación, teniendo por límite la plena utilización de la totalidad del tiempo biológico disponible, siendo el tiempo libre máximo puesto al servicio del capital cultural máximo. En segundo término, implica diferencias en la capacidad de satisfacer las exigencias propiamente culturales de una empresa de adquisición prolongada. Además y correlativamente, el tiempo durante el que un individuo puede prolongar su esfuerzo de adquisición, depende del tiempo libre que su familia le puede asegurar, de decir, liberar de la necesidad económica, como condición de la acumulación inicial.


El estado objetivado


El capital cultural en su estado objetivado posee un cierto número de propiedades que se definen solamente en su relación con el capital cultural en su forma incorporada. El capital cultural objetivado en apoyos materiales —tales como escritos, pinturas, monumentos, etc.—, es transmisible en su materialidad.


El capital cultural en su estado objetivado se presenta con todas las apariencias de un universo autónomo y coherente, que, a pesar de ser el producto del actuar histórico, tiene sus propias leyes trascendentes a las voluntades individuales, y que, como lo muestra claramente el ejemplo de la lengua, permanece irreductible ante lo que cada agente o aún el conjunto de agentes puede apropiarse (es decir, de capital cultural incorporado).


Sin embargo, hay que tener cuidado de no olvidar que este capital cultural solamente subsiste como capital material y simbólicamente activo, en la medida en que es apropiado por agentes y comprometido, como arma y como apuesta que se arriesga en las luchas cuyos campos de producción cultural (campo artístico, campo científico, etc.) —y más allá, el campo de las clases sociales— sean el lugar en donde los agentes obtengan los beneficios ganados por el dominio sobre este capital objetivado, y por lo tanto, en la medida de su capital incorporado.


El estado institucionalizado


La objetivación del capital cultural bajo la forma de títulos constituye una de las maneras de neutralizar algunas de las propiedades que, por incorporado, tiene los mismos límites biológicos que su contenedor. Con el título escolar —esa patente de competencia cultural que confiere a su portador un valor convencional, constante y jurídicamente garantizado desde el punto de vista de la cultura— la alquimia social produce una forma de capital cultural que tiene una autonomía relativa respecto a su portador y del capital cultural que él posee efectivamente en un momento dado; instituye el capital cultural por la magia colectiva, a la manera (según Merleau Ponty) como los vivos instituyen sus muertos mediante los ritos de luto. Basta con pensar en el concurso, el cual a partir del continuum de las diferencias infinitesimales entre sus resultados, produce discontinuidades durables y brutales del todo y la nada, como aquello que separa el último aprobado del primer reprobado, e instituye una diferencia esencial entre la competencia estatutariamente reconocida y garantizada, y el simple capital cultural, al que se le exige constantemente validarse. Se ve claramente en este caso, la magia del poder de instituir, el poder de hacer ver y de hacer creer, o, en una palabra, reconocer.


Al conferirle un reconocimiento institucional al capital cultural poseído por un determinado agente, el título escolar permite a sus titulares compararse y aun intercambiarse (substituyéndose los unos por los otros en la sucesión). Y permite también establecer tasas de convertibilidad entre capital cultural y capital económico, garantizando el valor monetario de un determinado capital escolar. El título, producto de la conversión del capital económico en capital cultural, establece el valor relativo del capital cultural del portador de un determinado título, en relación a los otros poseedores de títulos y también, de manera inseparable, establece el valor en dinero con el cual puede ser cambiado en el mercado de trabajo. La inversión escolar sólo tiene sentido si un mínimo de reversibilidad en la conversión está objetivamente garantizado. Dado que los beneficios materiales y simbólicos garantizados por el título escolar dependen también de su escasez, puede suceder que las inversiones (en tiempo y esfuerzos) sean menos rentables de lo esperable en el momento de su definición (o sea que la tasa de convertibilidad del capital escolar y del capital económico sufrieron una modificación de facto). Las estrategias de reconversión del capital económico en capital cultural, como factores coyunturales de la explosión escolar y de la inflación de los títulos escolares, son determinadas por las transformaciones de las estructuras de oportunidades del beneficio, aseguradas por los diferentes tipos de capital.

lunes, 5 de abril de 2010

EQUIDAD, EDUCACION y ECONOMIA


“La meta de la equidad educativa es percibida hoy en forma más integral y realista que en los orígenes de los sistemas educativos y se acerca al planteo de la filosofía social”.

No cabe duda sobre la importancia de la formación personal para la consecución de una justicia social y económica en nuestras sociedades. Tampoco puede ignorarse que este objetivo, al menos discursivamente presente en los inicios de los sistemas educativos nacionales y del nuestro en particular, no ha menguado en importancia sino todo lo contrario en el contexto de las llamadas “sociedades del conocimiento” o “tecnológicas” en las que, desde distintas perspectivas ideológicas, se subraya la importancia del conocimiento como motor del desarrollo económico de los pueblos. En fin, la “correlación positiva” entre educación y desarrollo social y económico se torna cada vez más evidente y persistente3 (Llach, 1999).

Desde el origen del sistema educativo nacional la equidad fue entendida como “igualdad de oportunidades educativas”. Dentro del esquema educativo moderno con una fuerte necesidad de homogeneización cultural, la justicia educativa fue implementada a través de “ofrecerle a todos, sin discriminación, el mismo paquete educativo”. Se suponía que la “igualdad de oferta” (reconociendo, como se expresó, la existencia de distintos recorridos) resolvía la injusticia social de origen. Si todos podían ingresar al mismo sistema educativo, en él y gracias a él, mediante una operación ideológico científico pedagógico, la desigualdad (injusta) por origen social se transmutaría en desigualdad (justa) por méritos personales. La utopía de una república de iguales que, según su mérito, lograban su ubicación en la nueva sociedad sin mayores condicionamientos, se resolvía en el sistema educativo. De esta forma se planteaba el ideal de justicia educativa.

Esta conceptualización fue desmantelada progresivamente por la crítica social a partir de mediados del siglo XX. Más allá de sus supuestos ideológicos, se comprobó la correlación entre estrato social y nivel educativo, la configuración selectiva del sistema, se identificaron los distintos recorridos y mecanismos restrictivos, se denunciaron los condicionamientos culturales y lingüísticos de un sistema diseñado no en forma universal sino de acuerdo a los parámetros de ciertos sectores sociales. Estas críticas fueron a confluir en la decadencia de la cosmovisión moderna y en el advenimiento de la posmodernidad, e implicaron una subvaloración de lo homogéneo y el rescate de la diversidad y del pluralismo cultural.

De esta forma, la pretensión de ofrecer a todos lo mismo como ideal de justicia educativa declinó hasta ser sustituido en la actualidad aunque con objeciones por el concepto de equidad. Este término fue definido como “complementario y, para algunos sectores, superador del de igualdad, centrado en la propuesta de no dar lo mismo a los que son diferentes, para grupos sociales en los que el rasgo más destacado es la distancia social y no la homogeneidad” (Feijoó, 2002, p. 15).

Lo justo en educación, según el pensamiento de esta corriente, tiene como primer referente, lo propiamente personal, es decir, cuando cada uno recibe lo suyo, lo apropiado al desarrollo de su personalidad en todas sus dimensiones individuales y sociales. Por esto es que parecería más adecuado adherir al nuevo enunciado de “equidad” antes que al superado, aunque defendido todavía por muchos, de “igualdad de oportunidades”. Pues la equidad implica “una estimación general de lo que es justo en cada caso, más que una aplicación estricta de la ley” (Vázquez y Vázquez, 2000, p.156). En cambio, el concepto de “igualdad de oportunidades” condice más bien con la concepción reduccionista y formal de ofrecer a todos la misma oferta descuidando las condiciones reales de ejercicio y aprovechamiento de las oportunidades ofrecidas.

domingo, 28 de marzo de 2010

Los Cuatro Pilares De La Educación


Texto íntegro del capítulo 4 del libro «La educación encierra un tesoro», informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo 21 presidida por Jacques DELORS.


El siglo 21, que ofrecerá recursos sin precedentes tanto a la circulación y al almacenamiento de informaciones como a la comunicación, planteará a la educación una doble exigencia que, a primera vista, puede parecer casi contradictoria: la educación deberá transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognitiva, porque son las bases de las competencias del futuro. Simultáneamente, deberá hallar y definir orientaciones que permitan no dejarse sumergir por las corrientes de informaciones más o menos efímeras que invaden los espacios públicos y privados y conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos. En cierto sentido, la educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él.


Con esas perspectivas se ha vuelto imposible, y hasta inadecuado, responder de manera puramente cuantitativa a la insaciable demanda de educación, que entraña un bagaje escolar cada vez más voluminoso. Es que ya no basta con que cada individuo acumule al comienzo de su vida una reserva de conocimientos a la que podrá recurrir después sin límites. Sobre todo, debe estar en condiciones de aprovechar y utilizar durante toda la vida cada oportunidad que se le presente de actualizar, profundizar y enriquecer ese primer saber y de adaptarse a un mundo en permanente cambio.


Para cumplir el conjunto de las misiones que le son propias, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento:


aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.


Mas, en general, la enseñanza escolar se orienta esencialmente, por no decir que de manera exclusiva, hacia el aprender a conocer y, en menor medida, el aprender a hacer. Las otras dos formas de aprendizaje dependen las más de las veces de circunstancias aleatorias cuando no se las considera una mera prolongación, de alguna manera natural, de las dos primeras. Pues bien, la Comisión estima que, en cualquier sistema de enseñanza estructurado, cada
Uno de esos cuatro «pilares del conocimiento» debe recibir una atención equivalente a fin de que la educación sea para el ser humano, en su calidad de persona y de miembro de la sociedad, una experiencia global y que dure toda la vida en los planos cognitivo y práctico.


Desde el comienzo de su actuación, los miembros de la Comisión fueron conscientes de que, para hacer frente a los retos del siglo XXI, sería indispensable asignar nuevos objetivos a la educación y, por consiguiente, modificar la idea que nos hacemos de su utilidad. Una nueva concepción más amplia de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros, lo cual supone trascender una visión puramente instrumental de la educación, percibido como la vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico), para considerar su función en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona que, toda ella, aprende a ser.

sábado, 20 de marzo de 2010

LA BASE DEL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE: LA INTERDISCIPLINARIEDAD


En la actualidad, el sistema de enseñanza en el país exige alcanzar en la educación una cultura general e integral, para preparar a los estudiantes para la vida cotidiana; El Ecuador, en medio de sus cambios políticos y estructurales acerca de la educación, se ha asumido una nueva concepción para el trabajo docente educativo.

En el proceso enseñanza y aprendizaje, el aporte de nuevas comprensiones avaladas por las ideas mas actuales sobre las particularidades del proceso de interdisciplinariedad en la escuela ecuatoriana actual, es el resultado de la sistemización de principios filosóficos, psicológicos, pedagógicos en la actualidad en materia de educación.

El desarrollo de las ciencias en el mundo contemporáneo es tan vertiginoso como nunca antes visto, imponiendo a la escuela retos cada vez mayores.

En estas circunstancias, se exige al hombre, como sujeto que refleja y asimila de manera activa toda la información, no solo acumulada durante años, sino además, aquella generada por la nueva situación social donde se desenvuelve.

Y es sobre esta base que las ciencias de la educación y en particular la pedagogía, han trasladado su atención desde el proceso de enseñar conocimientos hasta el de enseñar modos de asimilación de los conocimientos, esencialmente desde una perspectiva integradora e interdisciplinar.

En correspondencia con los cambios que ocurren en el mundo, la práctica pedagógica en la educación, incluye en la actualidad múltiples transformaciones, con el objetivo de lograr una cultura general e integradora de los estudiantes, consolidando sus valores, convicciones y sentimientos. Sin duda, la interdisciplinariedad es un acto de cultura y vía esencial para tributar a ella desde el proceso de enseñanza y aprendizaje en la educación.

Los estudios de interdisciplinariedad apuntan a ser entendida no como una simple relación entre contenidos, sino que su esencia radica en su carácter educativo, formativo y transformador, es la convicción y actitudes de los sujetos; es una manera de pensar y actuar para resolver los problemas complejos y cambiantes de la realidad, con una visión integral del mundo, en un proceso basado en las relaciones interpersonales de cooperación y de respeto mutuo, es decir, es un modo de actuación y una alternativa para facilitar la integración del contenido en aras de optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Para la mayor parte de los profesores está clara la importancia de la interdisciplinariedad en la enseñanza como elemento impulsor del aprendizaje de los estudiantes; no obstante, las transformaciones introducidas, persisten dificultades que demandan modificaciones en los modos de actuación de los mismos, en el cual se resalta que:

  • Las tareas se diseñan a partir de la lógica de las asignaturas independientes, sin que se evidencie una clara concepción que le posibilite manifestar el carácter interdisciplinario de la enseñanza.

  • La manifestación de la interdisciplinariedad en los contenidos que se impartes se sustentan en una práctica escolar espontánea.

  • Resulta insuficientes las relaciones que se establecen entre los modos conceptuales de las diferentes asignaturas por parte de los docentes lo que limita hacer propuestas de actividades que integren dicho contenido.

Todo proceso de enseñanza y aprendizaje desarrollador se centra en torno a la persona que aprende; en función de potenciar sus aprendizajes se organiza la actividad individual como la interactividad y la comunicación con el profesor y el grupo.

El acercamiento al aprendizaje desde esta perspectiva, presupone dar un giro en la enseñanza, pues exigiría enseñar no solo contenidos fragmentados por asignaturas, sino a partir de su articulación en ellos mismos y los procedimientos para aprenderlos y usarlos y que tendrán que ser tenidos en consideración para la dirección eficiente del proceso de enseñanza y aprendizaje desarrolladores en cualquier nivel de enseñanza donde su tratamiento con carácter interdisciplinario es, sin ninguna duda, un elemento importante.









sábado, 13 de marzo de 2010

Plan Decenal de Educación (2006-2015)


Politicas

Las siguientes políticas conforman el plan decenal:
1. Universalización de la Educación Inicial de 0 a 5 años.
2. Universalización de la Educación General Básica de primero a decimo.
3. Incremento d el matricula del Bachillerato hasta alcanzar al menos el 75% de la población en la edad correspondiente.
4. Erradicación del analfabetismo y fortalecimiento de la educación continúa para adultos.
5. Mejoramiento de la infraestructura física y el equipamiento de las instituciones educativas.
6. Mejoramiento de la calidad y equidad de la educación e implementación de un sistema nacional de evaluación y rendición social de cuentas del sistema educativo.
7. Revalorización de la profesión docente y mejoramiento de la formación inicial, capacitación permanente, condiciones de trabajo y calidad de vida.
8. Aumento de 0.5% anual en la participación del sector educativo en el PIB hasta el año 2012, o hasta alcanzar al menos el 6% del PIB.

Ampliación de Cobertura Educativa


Para lograr los objetivos de la universalización de la educación básica, en el 2006 se han desarrollado las siguientes estrategias complementarias:
a. Estímulo a la jubilación voluntaria de docentes y retiro de docentes nocturnos.
b. Desdoblamiento de partidas y asignación de docentes en zonas rurales, fronterizas y marginadas.
c. Incorporación de nuevos docentes, asegurando su calidad a través de un registro de candidatos elegibles.
d. Eliminación de barreras de ingreso al sistema educativo, a través de la campaña de textos gratuitos y la eliminación del bono de 25 dólares.
e. Universalización del primer año de EGB. Como resultado del programa en el año 2006, el aumento de matrícula fiscal en el año 2006 fue de 28,9% en el régimen Costa.

viernes, 5 de marzo de 2010

La educacion primordial para el desarrollo


Al ser la educación el instrumento que capacita a los individuos para la comprensión y asignación de significados de los elementos que conforman la realidad. Debe entenderse que, todo proceso educativo afecta positivamente la capacidad de la población para el desempeño de la actividad productiva, aún cuando los contenidos aprendidos por las personas no se correspondan de forma directa con la actividad económica que desarrolla.


En otras palabras, es por medio de la educación que los individuos logran un determinado dominio simbólico de la realidad y desarrollan la capacidad para generalizar, comparar, discriminar objetos y jerarquizarlos, atendiendo a criterios técnicos y normativos.

A lo largo del tiempo la acción educativa fue impregnando la sociedad. El paso de un nivel de escolaridad a otro, se expresa como el logro de un determinado conjunto de símbolos y de reglas elementales de codificación, las que adquieren importancia aún en labores que representan bajo niveles de complejidad. En resumen, la educación transfiere elementos simbólicos que refuerzan la capacidad para evaluar situaciones y decidir sobre cursos de acción alternativos.


Todo avance a través de los niveles de instrucción formal, más aún al disponer de un título universitario, significará incrementos en la capacidad para el desempeño del trabajo productivo, en elevación del nivel de competitividad de los individuos, más aún cuando éstos se operan en el nivel superior.


Señala la UNESCO, “…. los sistemas educativos hoy en día no solamente tienen que formar a través de los ciclos regulares a los trabajadores que la sociedad necesita, sino que deben calificar con urgencia a aquellos cuya preparación está por debajo de la tecnología empleada, y han de reconvertir a quienes preparados para una función ya saturada de personal, cumplen otra en que se aprovecha su formación general y no sus destrezas específicas; en tanto que muchos egresados de estos sistemas carecen sencillamente de empleo, ocupan puestos muy inferiores a los que corresponderían a sus capacidades o emigran a países desarrollados”.


Desde un punto de vista estratégico, el país requiere incorporar nuevos actores y recursos de manera sistemática y creativa al sistema educativo, para que sea fuente de dinamismo y contribuya como un agente socializador y de integración de la sociedad y se convierta en factor clave del desarrollo en sus aspectos económico, político, social y cultural.

domingo, 28 de febrero de 2010

ESCUELAS SOLIDARIAS



LEY DE EDUCACION


El artículo 2 literal b) de la Ley de Educación; Todos los ecuatorianos tienen derecho a una educación integral y la obligación de participar activamente en el proceso educativo nacional.

El artículo 9 de la Ley de Educación; La educación en el nivel primario tiene por objeto la formación integral de la personalidad del niño, mediante programas regulares de enseñanza y aprendizaje, y que lo habilitan para proseguir estudio en el nivel medio.

El artículo 36 de la Ley de Educación; Los planes y programas educativos deben ser formulados científicamente de conformidad con las orientaciones de la política educativa y las necesidades del desarrollo de la realidad nacional, para lo cual deberá contar con la participación de los sectores que conforman la acción educativa, con sujeción al reglamento.




ESCUELA SOLIDARIA

“Una Escuela Solidaria, en la respuesta a una necesidad social de aprendizaje”.



La Escuela Solidaria pretende ser un espacio de encuentro para los centros educativos que de manera más o menos intensa realicen actividades o proyectos basados en la educación en valores.

Estas Escuelas Solidarias, proponen construir el intercambio de ideas, experiencias, reflexiones y actividades, en lo cual es donde los Centros Educativos puedan presentar sus acciones en materia de educación en valores con proyectos de cooperación, actividades del cuidado medioambiental, actividades que favorezcan la igualdad de oportunidades, que fomenten la convivencia intercultural, la educación para la paz, educación para la participación, entre otras.

Muchos centros educativos nacionales e internacionales desarrollan programas solidarios, desde; asociaciones de padres y madres, asociaciones de alumnos y alumnas, asociaciones de barrio, profesores.

La finalidad de una Escuela Solidaria es el Visibilizar el trabajo que se está realizando en Educación en Valores; facilitar un espacio de intercambio y de conocimiento del trabajo solidario de los Centros Educativos; fomentar la colaboración y la cooperación entre los propios centros, nacionales e internacionales, consiguiendo espacios educativos más democráticos y transformadores, con lo que se pretende potenciar la participación de los niños y las niñas en la construcción de un mundo más justo, equitativo y solidario.

Es así, que los objetivos de la Escuela Solidaria se basan en:

- Fomentar el intercambio de experiencias educativas en éste ámbito, ampliar y aprovechar recursos didácticos utilizando Internet como un medio rápido, sencillo y accesible.
- Conocer los recursos metodológicos de otros centros educativos, dar a conocer los propios haciendo más enriquecedora y diversa nuestra actuación.
- Tener la posibilidad de compartir esfuerzos y multiplicar resultados, consiguiendo así un mayor impacto para abordar la educación en valores.
- Crear un espacio propio para cada centro educativo donde la exposición del los proyectos, la interacción de los centros y la comunicación promueva la colaboración y la cooperación entre ellos.
- Facilitar la reflexión y desarrollo de estrategias para abordar la educación en valores.
- Potenciar la realización de proyectos de cooperación.



PROGRAMA NACIONAL “ESCUELAS SOLIDARIAS”


Una propuesta pedagógica, se enmarca en el Plan Decenal de Educación, protagonizada por estudiantes con visión solidaria, mente y espíritu de cambio, en la que se aplica la metodología “Aprendizaje-Servicio”, es un espacio de reflexión y participación, realizan proyectos en los que se articulan los conocimientos y aprendizajes con el servicio a la comunidad, para trabajar solidariamente en la solución de problemas y/o mejoramiento del entorno natural, cultural, social, educativo, con temas relevantes y de impacto con la participación de la sociedad civil.

La revolución educativa se realiza en el aula, en donde es importante el conocimiento, pero más importante es el compromiso con la comunidad, basado en una cultura solidaria.
El Programa está implementado en las 24 provincias, en 472 escuelas, participan 103.717 estudiantes, 4.731 docentes y 106 supervisores provinciales de educación; las “Escuelas Solidarias” se encuentran ejecutando proyectos basados en un diagnóstico elaborado con rigor técnico.

Se institucionalizó el PREMIO PRESIDENCIAL "ESCUELAS SOLIDARIAS", como estímulo al esfuerzo, creatividad, iniciativa y servicio a la comunidad.





domingo, 21 de febrero de 2010

EL ECUADOR Y EL MANEJO DE LA EDUCACION


"Aprender para conocer supone, en primer termino aprender a aprender, ejerciendo la atención, la memoria y el pensamiento". Jacques Delors


Durante los últimos años tanto educadores así como los gobiernos en una economía global, dejaron de concebir a la educación como un gasto; importantes estudios, desarrollados por múltiples organismos, revelaron los altos índices de retorno que obtienen los países y las personas, gracias a la inversión en educación.

Evidentemente, el incrementar los años de escolaridad y garantizar la calidad de la educación no es tarea fácil; en el Ecuador, el promedio de años de escolaridad es de 7,3; por lo que igualar a las economías desarrolladas en las que el promedio es de 10,2 años, significaría sostener la inversión educativa por lo menos tres décadas, suponiendo un estándar mínimo de calidad, de acuerdo a los resultados obtenidos por la UNESCO.

Indudablemente, en el Ecuador no se requiere solamente incrementar la inversión como porcentaje del PIB, sino también mejorar de manera significativa la calidad de los procesos y, sobre todo, de sus educadores; los resultados nacionales de la calidad de educación reflejan los escasos logros de nuestros niños y jóvenes. No es posible seguir incrementando el rubro educativo, para solo dedicarlo al gasto corriente; infraestructura, material didáctico y la capacitación docente son puntales básicos que garantizan la calidad de la educación.

El desarrollo económico, social, productivo, tecnológico ha obligado que cada vez más, sea necesario niveles educativos eficientes e integrales; y de ahí que en la actualidad se considera la Educación Inicial, que a través de diversas agencias como Guarderías, Casas Cunas, Nursery, Prekinder, Kinder, Centros de Desarrollo Infantil se presta a niñas y niños desde el nacimiento hasta los cinco años de edad, para lo cual se requiere ingentes esfuerzos para lograr una cobertura adecuada a la vez que considerar aspectos relacionados con la calidad del servicio que debe considerar entre otros factores:

- La infraestructura física: espacios, mobiliario, menaje, servicios básicos agua, luz, alcantarillado, teléfono, Internet.

- La formación profesional preservicio y en servicio.

- El diseño, elaboración, ejecución, evaluación y realimentación del currículo.

- La Capacitación docente,

- El rendimiento de cuentas.

- La evaluación de los aprendizajes.

- Los procesos organizativo-administrativos.

- La participación comunitaria

Actualmente la inversión en educación ha venido en aumento pasando del 2.11% de participación del PIB, en el 2005, al 3.46% en el 2008; en la Constitución de 2008 se recoge la meta en el Plan Decenal, en la cual se esta impulsando la revalorización social del magisterio, no sólo con aumentos salariales, sino con una exigente política de evaluación de la calidad de la educación pública estamos, por tanto, desarrollando el ideal de calidad, calidez, pertinencia, eficacia y equidad.

La pobreza de la gran mayoría de los ecuatorianos se mantiene intacta y tiende a su expansión, sobre todo en las áreas rurales y marginales urbanas. Los índices de desempleo y subempleo constituyen un lacerante problema para un desarrollo equitativo. A esto habrá que agregar los índices de corrupción y la inseguridad jurídica, la legislación obsoleta y los elementos que hacen de nuestra economía un factor altamente ineficiente, hasta encontrarnos con que más de 60% de la población ecuatoriana vive en la pobreza en tanto que cerca de 20% de esta misma población vive bajo la línea de la indigencia.


Estos índices son aún más dramáticos en los sectores rurales, especialmente en las comunidades indígenas. La población indígena cuenta con un menor número de años de educación o simplemente nunca alcanzó a tenerlos ni en su más mínima expresión; lo que quiere decir, aproximadamente, que en el Ecuador el promedio de la escolaridad es de 7,3 años, mientras que el promedio de la indígena apenas llega a 4 años.

La educación en el Ecuador, es el sector que más recursos recibió, como parte de la inversión social realizada durante el primer cuatrimestre de 2009; así el Estado destinó unos $596 millones para este sector en los cuatro primeros meses de este año; $121 millones más que lo que se ejecutó de enero a abril del 2008, lo cual, representó un crecimiento del 25,7% asignado según la cartera de Finanzas; sin embargo, su resultado real y palpable se podría ver en alrededor de 20 años "Cuando el joven al que se capacita ahora encuentre trabajo y pueda emprender un negocio mañana, se observará la eficacia de la inversión".

martes, 16 de febrero de 2010

Educación Integral


"En materia educativa, el reto consiste en brindar acceso equitativo a una educación integral de calidad, basada en valores, pertinente, incluyente e innovadora, que forme ciudadanos aptos para desempeñarse con éxito en la nueva sociedad del conocimiento y comprometidos con el desarrollo sustentable; a partir de una formación humanista y práctica, vinculada a las necesidades sociales y productivas del estado y de la sociedad".


¿Cuál es el fin de la educación; Qué alumnos se quiere forma; A dónde y cómo se puede orientar el proceso educativo y a los estudiantes que participan?; Estas, entre muchas, son preguntas que han acompañado toda la historia de la educación en el Ecuador.


La educación integral supone una perspectiva filosófica, que sustenta esta educación; la que parte de una idea de hombre abierto a una multiplicidad de dimensiones que implican incluso lo trascendente; en este sentido, sólo una educación que busque adecuarse a lo que el ser humano es en esencia, podrá ser realmente educativa e integral; donde la educación se involucra con todas las dimensiones de la personalidad humano y con un conocimiento cada vez más pleno y consciente de las posibilidades de ser que lo que nos guarda la naturaleza del hombre.


De este modo la Educación Integral cimentada en un humanismo integral busca favorecer todo lo que perfeccione al ser. La educación integral debe entregar metas, fines y propósitos educativos dirigidos a relaciones de sentido conducentes al perfeccionamiento humano; los valores educativos más importantes deben orientar la acción hacia dichas metas.


Frente al mundo globalizado, la Educación Integral que puede constituir una respuesta y meta nacional a los desafíos de una mejor y más humana comunicación y convivencia entre las personas, puesto que, postula un desarrollo equilibrado de la personalidad; este desarrollo que debe incluir todos los factores de la personalidad: somático, afectivo, conativo y cognitivo.



sábado, 6 de febrero de 2010

Educación Primaria Incluyente


El Ecuador a lo largo de su historia, en materia social ha tenido grandes desequilibrios frente a la sociedad, evidenciándose principalmente en la educación; actualmente es un país que esta en un periodo de crecimiento y maduración, y tiene aún mucho por aprender de sus comunidades tanto urbanas como rurales, en la cual, es allí donde se están gestando nuevas prácticas y saberes; donde existen nuevas visiones y enfoques que van tomando fuerzo, y donde los resultados son cada vez mayores y mejores, avizorando así una evolución efectiva de la sociedad.


Gracias a la Constitución Política del Ecuador 2008, podemos revelar la gran importancia que en la actualidad la educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo del buen vivir de la sociedad ecuatoriana, por lo cual se mencionara algunos artículos relevantes:


Art. 26.- La educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado. Constituye un área prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión social condición indispensable para el buen vivir. Las personas, familias y la sociedad tienen derecho y la responsabilidad de participar en el proceso educativo.


Art. 27.- La educación se centrará en el ser humano y garantizará su desarrollo holístico, en el marco del respeto a los derechos humanos, al medio ambiente y sustentable y a la democracia; será participativa, obligatoria, intercultural, democrática, incluyente y diversa, de calidad y calidez; impulsará la equidad de género, la justicia, la solidaridad, y la paz; estimulará el sentido crítico, el arte y la cultura física, la iniciativa individual y comunitaria, y el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar.


la educación es indispensable para el conocimiento, el ejercicio de los derechos y la construcción de un país soberano, y constituye un eje estratégico para el desarrollo nacional.


Art. 28.- La educación responderá al interés público y no estará al servicio de intereses individuales y corporativos. se garantizará el acceso universal, permanencia, movilidad y egreso sin discriminación alguna y la obligatoriedad en el nivel inicial, básico y bachillerato o su equivalente.


La educación pública será universal y laica en todos sus niveles, y gratuita hasta el tercer nivel de educación superior inclusive.


Art. 343.- El sistema nacional de educación tendrá como finalidad el desarrollo de capacidades y potencialidades individuales y colectivas de la población, que posibiliten en aprendizaje, y la generación y utilización de conocimientos, técnicas, saberes, artes y cultura. El sistema tendrá como centro al sujeto que que aprende y funcionará de manera flexible y dinámica, incluyente, eficaz y eficiente.


Art. 348.- La educación será gratuita y el Estado la financiará de manera oportuna, regular y suficiente. La distribución de los recursos destinados a la educación se regirá por criterios de equidad social, población y territorial, entre otros.


Por lo expuesto, la educación primaria es considerada como prioridad en numerosas localidades urbanas y rurales del país, donde los gobiernos seccionales, las delegaciones ministeriales, entre otros, los cuales apuestan a una educación incluyente, con permanencia y calidad. La educación, por tanto, es parte de la agenda de desarrollo de estas localidades, que con voluntad política y creatividad, se logran relevantes cambios para un educacíon integral y de calidad para el desarrollo local, y principalmente para el desarrollo de la sociedad y del país. La educación es un factor clave e imprescindible del desarrollo social y de la participación ciudadana.


Sin embargo, hablar de una educación incluyente significa que el modelo de educación regular trabaje en un modelo pedagógico que debe basarse en la comprensión desde el punto de vista de los derechos humanos; se debe trabajar con los aspectos de igualdad de oportunidades y de la participación equitativa de las personas en una sociedad.


Invertir en educaciones una decisión eficaz, pues la enseñanza universal ofrece grandes beneficios económicos, además de los beneficios sociales; globalmente, estos beneficios superan a los costos en una relación de más de 6 a 1, y cada año de escolarización adicional, a partir de los 14 años, genera un 11% adicional de ganancias futuras por año.


El Ecuador, aún enfrenta un bajo nivel educativo de su población, altas tasas de analfabetismo y una persistente emigración de profesionales que buscan mejorar sus condiciones de vida en países con mejores sueldos y oportunidades. Por otro lado, aunque se ha avanzado en cobertura y las tasas de matriculación en todos los niveles se han incrementado notablemente en los últimos años, los problemas de la calidad de la educación sobre todo del servicio público continúan. la problemática de la educación en el Ecuador es compleja, se suman, bajos sueldos a los maestros, deterioro de la infraestructura de los establecimientos educativos, deserción escolar de los estudiantes por dedicarse a actividades productivas, y una baja inversión pública en educación.





sábado, 30 de enero de 2010

Antecedentes de la Educacion en el Ecuador


Los antecedentes de la educación en el Ecuador, se remontan a la época de formación de la República. Cuando se constituye el Ecuador en 1830, la entidad estatal encargada de la organización del sistema educativo era la Dirección General de Estudios, institución de origen bolivariano que se adaptó a las necesidades del nuevo Estado Nación.


El gobierno del presidente Vicente Rocafuerte (1835 - 1839) fue el primero en el cual se dictaron las primeras políticas educativas propiamente republicanas. En 1836 a través de dos decretos de crucial importancia, Rocafuerte crea la Dirección General de Instrucción y Iinspección de Estudios para cada provincia y el Derecho reglamentario de Instrucción Publica. Excluyendo los estudiantes universitarios que no pasaban los ochenta, en esos momentos el país contaba con 8 colegios (1 femenino) y 290 escuelas (30 femeninas), que en conjunto abarcaban una población estudiantil de poco mas de 13.000 estudiantes.


En 1863 la Legislatura, que durante el siglo XIX tenia la atribución de crear establecimientos educativos, logra transferir la organización de la instrucción publica a manos de un Consejo General con extensiones provinciales, integrado por un "ministro" del ramo y representantes de la iglesia, de la Universidad y de las Academias científicas y literarias. De otro lado, las municipalidades adquieren atribuciones en el manejo y supervigilancia de la escuelas sostenidas con sus fondos. Este cáracter descentralizado del sistema educativo se pierde bruscamente por iniciativa del presidente Gabriel García Moreno (1861 - 1865/1869 - 1875). Entre sus disposiciones no solo se obliga que los directores de los establecimientos profesen la religión católica oficial, si no que con la Ley de 1871 se ordena la abolición e los Consejos en las provincias, la no intervención de los municipios en materia educativa y la transferencia al Ejecutivo de todas las facultades directivas en educación, al tiempo que se establece la gratuidad de la enseñanza y el derecho a una escuela por cada población que posea 500 niños. para entonces el número de escolares era alrededor de 32.000 y el Estado invertía el 11% de su presupuesto en instrucción pública.


En 1884, bajo el régimen progresista del presidente José María Plácido Caamaño (1883 - 1888) se crea el Ministerio de Instrucción Pública, pero el verdadero impulso para su ampliación y fortalecimiento es consecuencia de la revolución liberal en 1895, encabezada por Eloy Alfaro y del proceso de consolidación del Estado laico en las décadas subsiguientes.


Siendo la educación una cuestión prioritaria del gobierno liberal, en 1906 se declara la oficialidad de la enseñanza laica y la exclusividad de la subvención estatal en su beneficio. En ese marco, el ministro alfarista José Peralta emprende la reforma educativa mas exitosa de la historia nación, a través de la creación de los Institutos Pedagógicos o Normales, cuyo sostenimiento absorbería en adelante una gran parte del presupuesto para la instrucción pública.


En 1913 Dillon contrata la Misión Pedagógica alemana que no solo diseña y asesora la aplicación de un nuevo plan de estudios para la formación docente, sino que formula el Reglamento de Régimen Escolar y elabora un mapeo de las demandas en infraestructura escolar. Una segunda misión alemana contratada por el Ministerio consolida la formación de los maestros en la línea de enfoque herbartiano, que se generalizará como una matriz de la cultura pedagógica establecida por la educación laica a nivel nacional. En 1928, cuando practicamente ha culminado la labor de las Misiones, la Constitución reafirma el carácter laico, gratuito y obligado de la enseñanza, el Ecuador cuenta con 1.771 escuelas, de las cuales 1.470 son estatales, y con un conjunto de 2.400 profesores que incluye 320 normalistas.


El laicismo deja de ser el espíritu de las políticas educativas con la Constitución de 1946 que, bajo la influencia del presidente José María Velasco Ibarra, favorece de manera importante a la educación privada, otorgándole una subvención estatal del 20% del presupuesto en educación.


En la década de 1960 el Ministerio de Educación inicia un proceso de modernización institucional con la creación del departamento del Planteamineto Integral de la Educación. entre los años sesenta y ochenta, el Ministerio se amplía y consolida su rectoría con la creación de las 21 Direcciones Nacionales que tiene en la actualidad. Su estructura y sus funciones están sujetas hasta el presente a lo que dispone la última Ley Orgánica de Educación expedida en 1983.